El presidente de la Confederación Argentina Interfederativa de Cooperativas de Electricidad y Otros Servicios Públicos (CONAICE), Luis Castillo, evaluó el nuevo esquema de tarifas y subsidios que anunció este martes el Gobierno nacional. Aunque reiteró su respaldo al sistema de segmentación por niveles, expresó su preocupación por la incapacidad de las medidas para lograr que los sectores que más energía consumen sean los que más paguen.
Este martes por la tarde, la flamante secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, anunció junto a su equipo el nuevo esquema de tarifas y subsidios a la energía eléctrica, una iniciativa con la que la actual gestión espera avanzar en una quita progresiva de los subsidios a los sectores que pueden afrontar el pago pleno de los servicios y al incentivo del ahorro energético.
De acuerdo a lo informado, la segmentación tarifaria se dará en tres niveles: Nivel 1: mayores ingresos y gente que no solicitó su registración; Nivel 2: menores ingresos registrados, que provisoriamente se incluirán beneficiarios de la tarifa social; y Nivel 3: usuarios de ingresos medios.
En cuanto al tope del consumo de energía subsidiada, el gobierno ratificó los 400 kWh mensuales por hogar, pero lo elevó a 550 kWh para las localidades que no cuenten con gas natural por redes.
“Estamos de acuerdo con la segmentación en general, e incluso consideramos que el límite de los 400 kWh podría ser menor”, dijo el presidente de la CONAICE, quien exceptuó de esta consideración al tope para localidades sin gas natural por redes.
Y para argumentar sus críticas puntuales al nuevo esquema, el dirigente se basó en los datos del formulario RASE, que registra las solicitudes de subsidios, que arrojó que de los 8.890.998 de usuarios inscriptos, un 4,49 % (399.156) pertenecen al Nivel 1; 56,69 % (5.040.120) al Nivel 2; y 38,32 % (3.451.722) al Nivel 3.
“Nos llama la atención que sólo el 4 por ciento de los consumidores del país puedan pagar una tarifa plena. Es un número muy bajo si consideramos que las cifras dicen que el 80 por ciento consume el 50 por ciento de la energía y un 20 por ciento consume el 50 por ciento restante. Me parece que ahí hay una desigualdad”, expresó.
Castillo sostuvo que la mejor manera en que podría haberse resuelto este esquema es fijando un tope que beneficie a los residenciales de menor consumo que no superen los 300 kWh, y que el resto pague tarifa plena.
“Vamos a ver qué pasa con la implementación de este plan. Pero con este panorama, de un 4 por ciento que no se ajusta a la realidad, vamos a seguir con un 96 por ciento de tarifas subsidiadas donde los que van a seguir gozando del beneficio son los sectores que tienen altos consumos”, finalizó.